Ya no importan las posiciones en la tabla

El octogonal final, o la serie presudamericana, permite a dos equipos clasificar a una copa internacional. Enfrentar a dos escuadras, disputar cuatro partidos, y trasladarse en par de ocasiones por las autopistas es el camino para conseguir miles de dólares.

Atlético Venezuela y el Club Deportivo Lara se enfrentaron por tercera vez en la temporada. Esta vez dentro del marco del octogonal. Antes, en el Apertura y en el Clausura, las oncenas habían pactado.

El conjunto nacional tiende a disparar poco al arco. En 34 partidos marcó 31 goles. Si bien es cierto que para ganar partidos no hace falta meter muchos goles, para meter goles si hace falta disparar a puerta.

El Atlético ha usado como delanteros habituales a Leonardo Carboni, Héctor Pérez, Anthony Uribe, Daniel Febles y Daniel Da Silva. Entre los cinco suman 21 goles. Un movimiento que se repite en cada uno de los atacantes del conjunto nacional es el retroceso a zona tres, y dos, del campo para recibir balones y emprender corridas largas en busca del arco rival. En partidos en donde la salida se estanca, el “Tico” retrocede para aportar otra solución de pase. Por su parte, Carboni es un jugador que se desenvuelve muy bien de espaldas al arco.

Ante el Lara una de las claves para la victoria fue presionar a los dos volantes de primera línea: Renzo Zambrano y Junior Moreno. Este par, durante gran parte del primer tiempo, multiplicaron el juego, ayudaron a mantener la posesión del balón y propiciaron algunos disparos. En el segundo, debido al estancamiento de Renzo y Moreno, los jugadores más adelantados –Valderrey, González, Romo y Gómez–  tuvieron pocas intervenciones.

En el medio campo del Atlético, había tres volantes: Yeferson Velasco, Diego Valdés y Rubén Arocha. Al salir de atrás, y siempre que hubiese espacio y tiempo, Valdés se encargaba de trasladar el balón. Esta jugada, normalmente, terminaba con un pase largo hacia receptores que se encontraban en líneas posteriores. En el Brígido, el Atlético Venezuela tiende a ser un equipo largo.

Los carrileros, Francisco Parra y Jhonny González, tenían mayor responsabilidad en defensa que en ataque. Sin embargo, solían acompañar con algunas proyecciones ofensivas. De hecho, el autor del gol fue Parra.

La línea de tres centrales la conformaron Guillermo Octavio, Daniel Mustafá y Guillermo Ramírez. En los tiros de esquina, Mustafá subía a cabecear, convirtiéndose, como lo ha sido en toda la temporada, en una de las armas más letales del Atlético. De los tres defensores, el “Turquito” es el que tiene mejores aptitudes para salir jugando. Los otros, por sus limitaciones, suelen dividir el balón. Por consecuencia, cuando la pelota iniciaba en los pies del "Turquito", las jugadas prometían terminar de una mejor forma.

El portero, Daniel Valdés, no fue exigido por parte del Lara.

La vuelta se jugará el miércoles. A pesar de que no hizo una mejor campaña, en números, que el Lara, un empate o victoria en Cabudare le permitirán al Atlético seguir en la senda hacia la Sudamericana.