Cuando el ayer es legendario
Cuando el ayer es legendario
VinotintoCrónicas

Cuando el ayer es legendario

Alfredo Ron
2014-10-12 20:59:23
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Relato de un encuentro con el pasado vinotinto

Quiero empezar mi discreto regreso a este espacio hablándoles del pasado, porque siguiendo lo que dijo alguna vez William Faulkner: “El pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado”. El pasado es el espíritu del presente, le da vida, lo refresca y le recuerda su razón de ser. Insisto en hablar sobre eso porque hace unos días leí que la FIFA organizará un mundial de leyendas en el año 2016. Será en Qatar, con 16 selecciones y jugadores que fueron ídolos hace una década o un poco más. Saco esta cuenta porque el máximo organismo del fútbol mundial estableció que podrán ser convocados quienes tengan edades comprendidas entre los 35 y 45 años. Así que, querido lector, en este mundial del recuerdo no veremos ni a Maradona, ni a Cruyff, ni a Pelé, ni a otro cualquier ídolo que hoy tenga más de 45 años, del que en algún momento su padre o abuelo le pudiera haber contado.

Cuando leí sobre este evento, recordé la vez en que conocí a algunas luminarias del pasado del balompié venezolano. Trabajaba en una empresa de eventos deportivos y me tocó llamarles a participar en un juego especial que enfrentaba a las leyendas vinotinto con un combinado de periodistas. Me llamó la atención la humildad de muchos de ellos. Estuvieron inmensamente dispuestos a participar en la actividad, a superar las infaltables barreras logísticas, todo era soportable para cumplir el objetivo de reencontrarse y jugar, una vez, un partido de fútbol.

Algo que al comienzo me preocupó fue que en términos deportivos no había mayor cosa planificada: no había alineación, ni un cuerpo técnico ni una programación de la preparación física. Al cabo de unos minutos, de unos abrazos por el reencuentro y los típicos “¿Cómo está la familia?”, las mismas leyendas vinotinto se organizaron. Se decidió que Rafa Santana cumpliera las funciones de director técnico y, a la vez, fuera uno de los mediocampistas disponibles en el banco de suplentes. Fue genial ver tanta sencillez en un grupo de jugadores que siento que deberían ser mejor honrados por las generaciones que dominan este tiempo.

Como siempre me sucede, no pude evitar comparar el caballeroso comportamiento de algunas leyendas con el de algunos de los ídolos del presente. No sé si la comodidad que encuentran ahora los jugadores venezolanos ha dado paso a ciertas distorsiones en su ego, o es que tantas derrotas forjaron la madurez que percibí en los vinotintos del ayer. Me acuerdo que antes del inicio del encuentro, me quedé hablando con una de las señoras de las leyendas vinotintos, me contó de las limitaciones que arrastraba su esposo y sus compañeros cada vez que iban a representar a Venezuela o a un club del torneo local. Definitivamente, son todos unos sobrevivientes, unos guerreros, unos futbolistas que merecen el debido respeto. Ahora puedo decir que valió la pena haberles seguido por los juegos de televisión, tuvo sentido que me emocionara por el gol de Gabi Miranda al paraguayo José Luis Chilavert en 1995, fue lo mejor para mí haber aguantado los 14 goles que en dos juegos nos hizo Bolivia en las eliminatorias al Mundial de 1994.

 

No puedo hablarles de fútbol sin tomar en cuenta esa época, esos jugadores, esa sensación tan poderosa de luchar contra las cosas que parecen inalcanzables. Esos jugadores con quienes compartí en aquella oportunidad forman parte de eso, por eso espero algún día que jueguen ese mundial de veteranos, y si no es así, igualmente les estaré agradecido porque demostraron que “El pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado”. 

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