El Rincón genovés
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El Rincón genovés

ForoVinotinto
2015-04-19 16:48:12
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Análisis de la evolución de Tomás Rincón en el Genoa

Por Sancho Goncalves (@SanchoGL)

Tomás Rincón es un altruista: sigue las indicaciones del entrenador al pie de la letra y, conceptualmente, rara vez se equivoca. Sabe que una ejecución limpia tiene como pilar el conocimiento: estudia primero el porqué y luego el cómo; si se equivoca no será por reticente. No da un balón por perdido y no sucumbe ante la presión, al contrario, es el arquetipo de jugador idóneo para situaciones difíciles, y lo es porque su carrera ha estado repleta de ellas. Acarreando con la desilusión de no llegar al Mundial de Brasil con Venezuela y tras un período un tanto turbio en el Hamburgo -por el equipo pasaron hasta 10 entrenadores desde su llegada-, Rincón recaló en el Genoa, el equipo más antiguo de Italia, después de que Gasperini tomase las riendas del equipo en septiembre del 2013 y lo salvara del descenso a tres jornadas del final.

El venezolano no es el jugador ideal para un equipo que pretenda dominar a partir de la posesión, en la mayoría de los casos opta por el balón en largo para ventilar el juego en lugar del pase corto o al espacio. Utiliza correctamente las dos piernas y se ubica muy bien en ambos lados de la cancha. Además posee una habilidad notable a la hora de cubrir la pelota con el cuerpo, virtud que le viene muy bien a su equipo porque obliga al rival a cometerle muchas faltas. No da un pase anodino y conoce la ubicación de los compañeros. Tácticamente es muy inteligente y mentalmente rápido, pero físicamente lento. No es un regateador y tampoco tiene un buen remate a media o larga distancia. Su principal virtud es el juego de posición. Es un jugador poco habilidoso que sabe compensar sus deficiencias.

El Genoa juega con el famoso 3-4-3 de Gasperini, presiona cuando el contrario se posiciona en territorio genovés e inclina muchísimo su juego por las bandas. Cuando pierden la pelota en zona ofensiva los tres centrales achican y los delanteros y carrileros presionan. Normalmente Rincón es quien se ubica frente al portador de la pelota para negarle la salida tapando las líneas de pase, y así regalarle tiempo a su equipo para que se ordene en el fondo. Si el rival prefiere salir desde atrás con el mediocentro, el venezolano se dedica a hacerle sombra a este, molestándolo permanentemente para que no prospere el ataque. Incluso cuando un compañero es quien encima al mediocentro, él presiona a los centrales y los obliga al pelotazo. Tiene muchos problemas cuando el rival propone un ritmo alto, principalmente porque no es rápido -aunque es bastante correcto tácticamente en el retroceso- y deja un vacío a sus espaldas que el contrario suele aprovechar para encarar a los centrales.

En defensa posicional, Rincón da apoyo al carrilero si el oponente gesta la jugada por la izquierda (su costado); pero hace de enlace cuando se organizan por la derecha, liberando a su homogéneo para que acompañe la jugada, en este caso, Sturaro.

Arriba, el Genoa tiene jugadores técnicamente muy capaces y que suelen darle problemas a la defensa rival por ir hacia adelante en todo momento. Su plan es claro: ocupar la banda con el extremo, el carrilero, un volante y, a veces, hasta el central, intentar entrar al área o llegar hasta línea de fondo mientras el “9” bascula entre los centrales esperando el centro lateral. Ante defensas ordenadas y pobladas, el equipo de Gasperini ha encontrado una variante fructífera: que un jugador ocupe la posición de “10” para tomar algún rebote y probar al cancerbero. El problema es que cuando el extremo que no participa en la jugada no llega a ocupar esa posición y es Rincón quien lo hace, se ralentiza el juego porque el venezolano no es precisamente un jugador que posea una pegada esplendorosa.

Aquí es Rincón quien se abre y libera al carrilero, sirviendo de apoyo por si el 2×2 no prospera.

Siendo una de las sorpresas de la temporada, el Genoa cerró el 2014 en la sexta posición, metido de lleno en la pelea por un puesto en Europa. Pero en el mercado de invierno el equipo se disgregó. Las bajas más importantes fueron las de Sturaro -quizás el mejor jugador de la plantilla y el complemento ideal de Rincón-, que se marchó a la Juventus junto con Alessandro Matri; el chileno Mauricio Pinilla, que fue cedido al Atalanta; y Antonelli, capitán del equipo y hombre clave en el funcionamiento de esa línea de cuatro mediocampistas, que fue vendido al A.C Milan. A pesar de que hubo incorporaciones destacadas como las de Tino Costa, M’Baye Niang, Marco Borriello y Zakarya Bergdich, Gasperini debía reacomodar al equipo. Y Tomás Rincón se convertiría en pieza clave para esta reconversión.

El inicio del 2015 fue caótico para un Genoa que alternaba empates con derrotas y cuyo funcionamiento sería bastante deficiente en comparación con el del primer tramo de la temporada. Sin embargo, Tomás Rincón fue uno de los pocos jugadores que se creció. El venezolano es inamovible, ha disputado todos los partidos del 2015 -excepto ante la Juventus, por suspensión-, y se convirtió en la extensión del entrenador dentro de la cancha. Es uno de los líderes del equipo y Gasperini confía plenamente en sus capacidades. Los partidos ante la Fiorentina, Lazio y Sampdoria son la evidencia irrebatible de esto.

Posición de Rincón cuando su equipo ataca en posicional

Tras la salida de Pinilla y Matri y sin un delantero de jerarquía que se pelease con los centrales, el Genoa tuvo que modificar su modus operandi. Los centros laterales ya no son tan recurrentes, aunque siguen gestando su ofensiva por los costados, pueblan bastante el área rival y liberan la zona del “10”. Incluso Gasperini probó con Perotti de falso 9, pero terminó decantándose por usarlo de media punta por detrás de Niang y Falque, encomendándose al excelente uno contra uno que posee el delantero argentino. También renovó el papel de Rincón: ahora debe ser él quien cambie la orientación del juego o reinicie la jugada cuando la embestida se empantane por una banda, para así oxigenar el ataque. O, si se siente con confianza y la jugada así lo pide, filtrar un pase al área. Esto lo ha hecho con frecuencia durante este segundo tramo de la temporada.

Rincón y su polivalencia. En varios partidos jugó como volante por la derecha.

Tomás no solo se destaca como volante central, también lo hace cuando se tira más hacia un costado. Esta faceta suya se ha desarrollado sobre todo en partidos de mayor envergadura. Rincón cierra el paso y evita que el rival genere ocasiones por esa banda. Y aunque atacando no es exactamente el prototipo de jugador que desborde o genere superioridad, es clave, porque absuelve a los volantes centrales -normalmente son Bertolacci y Kucka, jugadores de buen pie- de cualquier responsabilidad defensiva, lo que les permite ir al ataque.

Tomás Rincón se ha consolidado en un equipo que fue la revelación del Calcio hasta inicios del 2015 y que ahora mismo se posiciona en la mitad de la tabla, con posibilidades matemáticas de acceder a Europa League. Encontró la continuidad que le hacía falta para sacar a relucir sus excelentes aptitudes en el Viejo Continente, aptitudes que ya expuso en la Vinotinto de César Farías. Se ha convertido en un baluarte para los grifosi y en un paradigma de liderazgo dentro del terreno de juego. Recordemos que el Genoa no pagó ni un solo centavo por su ficha, lo que lo convierte en uno de los fichajes más rentables de los últimos años para el club.

 

*Publicado en juansanoja.com.ve

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