La prensa y sus potes de humo
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La prensa y sus potes de humo

Lizandro Samuel
2014-07-17 09:36:16
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El tema de la designación del D.t para la selección sacó lo peor de todo el fútbol venezolano

Mucho se habla de cuánto le falta por crecer al fútbol venezolano; se señala a directivos, entrenadores y jugadores, pero rara vez se critica con fuerza a la prensa; quizá tenga que ver con el hecho de que es justamente esta la encargada de alzar el dedo para señalar.

Uno a quien mucho se señala es a Rafael Esquivel, el amo supremo del fútbol venezolano, aunque se olvida que para que un líder mande debe haber quien lo escuche. Así como los dueños de clubes suelen ser cómplices de la mayoría de las incoherencias cometidas por la FVF, cierto sector de la prensa y varios periodistas se rinden como payasos súbditos al dueño del circo. Cómplices con acciones, aunque a la postre lo critiquen.

El tema de la designación del nuevo entrenador de la Vinotinto nos ha quitado toda prenda de vestir que usáramos para tapar las peores estrías de este fútbol. Así como se apunta a las barras que copian las malas mañana sureñas, se debe apuntar también a los periodistas y medios que imitan el sensacionalismo extranjero.

Hay quienes parecieran olvidar que al estar detrás de un medio de comunicación nace una responsabilidad casi tan grande como lo sea el medio. Igual con el hecho de tener la atención de muchos dolientes e interesados por el fútbol venezolano. Olvidándolo o no, la irresponsabilidad fue el camino escogido por una parte importante de los comunicadores con más poder mediático.

¿Dónde están Saragó, Páez, Dujkovic, Bielsa, Martino, Pekerman, Pinto y Maradona? ¿No fueron todos en algún momento “asegurados”, por algún medio o periodista, como futuros técnicos de la selección?

Se prostituyeron “batacazos” o “tubazos”, se abusó del “ya es casi un hecho”; se aseveró fingiendo la misma certeza con la que se espera a la muerte. En fin, se le escupió, vomito y ensució el rostro a millones de fanáticos y seguidores del fútbol local.

Mientras esto sucedía, en la FVF alguien se frotaba las manos, sonreía y empezaba a bromear con sus compañeros sobre las nuevas “certezas” del día. Más de un periodista tuvo sus anhelados cinco minutos de fama y otros, ya famosos, se pusieron en la palestra nuevamente.

La próxima vez que alguien alce un dedo para señalar a un jugador, a un entrenador o a los señores Laureano González y Rafael Esquivel, asegúrese de tener muy claro qué se limpió antes con esa mano, pues conviene recordar que cada pueblo tiene el líder que merece; el mismo es el reflejo directo de a quienes gobierna. El problema es mucho más que la FVF o un determinado directivo, el problema somos todos.

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